Uno de los locales tradicionales de nuestra ciudad y que se repite fundamentalmente en los comentarios y recomendaciones de los mas entendidos en gastronomía es “La Picá de Pedro”, clásico y popular local de nuestra ciudad y que de la mano de una cocina típica se ha hecho un nombre y un sitio dentro de los recomendados para el regocijo de paladares aventureros y con ganas de devorar cultura gastronómica chilena.

Con mas 27 años de historia, está clásica picada del gran Concepción, nos entrega una carta variada de productos principalmente tradicionales y campestres, donde sus especialidades son, el arroyado de malaya, las prietas con papas cocidas, sopaipillas, empanadas, perniles y chunchules, pero el plato más destacado es sin duda el exquisito estofado campesino de invierno, preparado tal y como lo hacían sus abuelos, que incorpora una variedad de ingredientes típicos de nuestro campo, como por ejemplo, longaniza cacera (preparada por ellos mismos), costillar ahumado, pollo, tortolitas, cuero de cerdo y otras especias, que en una preparación lenta en ollas comunes y corrientes, es capaz de revivir almas de cuanto visitante lo pruebe, este plato por excelencia, rescata sabores de nuestro campo chileno, regalando historia y aportando identidad local campesina en cada una de sus preparaciones.

Hablamos con su dueño, don Pedro Castillo, quien nos comenta que la tradición ya tiene más de 90 años, pero que sin embargo solo son 27 los que llevan regalando cultura gastronómica al paladar penquista. Reciben visitantes de todos tipos, países y edades, aunque según nos señala, la mayoría gente adulta, algunos políticos, abuelos, hijos, nietos, bisnietos, etc. Han conocido a muchas familias de nuestra ciudad, y don Pedro nos recalca que el principal ingrediente que aportan junto con mantener al pie de la letra los sabores y preparaciones de toda una vida, es la nostalgia y el cariño que derraman en cada plato, preparaciones que cada vez son menos comunes en las casas pero, que en este pintoresco local parecen estar estancadas y muy vivas para el deleite de los comensales.

Si un día visitas este lugar, lo más probable es que te encuentres con Don Pedro, sentado en las mesas del acceso principal, tomando un café que acompaña con pan y “queso cabeza”, otro producto típico del campo chileno que puedes degustar en este lugar. Don Pedro se autodefine “hombre de campo”, un excelente anfitrión, que suelta risas después de pocos minutos de entablar conversación. El señala algo importante que no debemos olvidar, es que en la mayoría de sus preparaciones los insumos son preparados por ellos mismos o comprados a campesinos que los preparan en procesos no industrializados y donde mantener los sabores que denominan “originales”, es el principal objetivo. (Entrevista a Don Pedro Castillo el día 20/03/2021)