Sector Valle Nonguen
Negocio familiar, emplazado a pocos kilómetros de la reserva natural del Valle Nonguen, uno de los pulmones verdes más grandes del gran Concepción y a pasos del zoológico de nuestra región. Abre sus puertas a inicio de los 80 atendiendo principalmente con venta y preparación casera de calzones rotos, exquisitas empanadas fritas de pino y queso, mote con huesillo y picarones, al poco andar, mejoran su oferta transformándose en un negocio que ofrecía onces familiares criollas, basadas en los productos anteriores, pero incorporando además la preparación de sopaipillas y un rico pan amasado. Atendiendo en un espacio inicial con capacidad reducida, siendo un local donde la gente podía pedir “para llevar” o “consumir” en las antiguas mesas del local que disponían para ello, fue poco a poco creciendo hasta transformarse en lo que hoy es, un local con capacidad de atención para más de 120 personas y con distintos espacios decorados con detalles rescatados de sus familiares, amigos y de visitas a lugares campestres antiguos que muestran parte de la vida clásica campesina.
Sus recetas y la preparación de sus exquisiteces se hacen respetando la tradición familiar que por años se ha traspasado de generación en generación. Una antigua cocina a leña fue la fiel compañera que los ayudó a mantener la clientela y que hace ya unos 25 años les permite hoy ofrecer platos típicos de nuestra zona y país como cazuelas de ave con chuchoca, cazuela de vacuno, parrillas, carne a la olla con papas cocidas o puré picante, humitas, pasteles de choclo, en fin, una carta de platos variada que se adapta también a la temporalidad de los insumos que utilizan.
El entorno patrimonial del lugar inicialmente fue lo más trascendente para el desarrollo de Rincón Criollo, su cercanía con el zoológico de nuestra ciudad, que los proveía de una cantidad no menor de visitantes que repletaban el lugar cada fin de semana, sumado a los visitantes que de paso “al campo” de sus familias o amigos, pasaban a probar su oferta gastronómica periódicamente, los ayudo a crecer en “parroquianos” (término antiguo que se les daba a los visitantes o clientes del negocio). Alejandro, su dueño, relata con nostalgia el recuerdo de esos “paseos familiares de fin de semana” que les permitió hasta el día de hoy, conocer a cientos de familias penquistas que han pasado por su negocio y que junto al crecimiento de este, también han visto crecer familias completas, como también ver partir a clientes y familiares que dejaron sus huellas marcadas por cada rincón del local.
Hoy, y frente a la importancia que han adquirido los patrimonios naturales como la reserva Nonguen y la cercanía del negocio con el zoológico de la ciudad, Rincón Criollo sigue siendo una alternativa para visitar cualquier día del año, ideal para familias completas, entregando una oferta de platos típicos en un entorno que huele a campo chileno y a tan solo 10 minutos del centro de Concepción.